Los templos
Los
templos eran grandes construcciones dedicadas a los dioses egipcios.
Al
templo se accedía por una avenida de esfinges, llamada dromos. Esta avenida conducía
hasta la puerta del templo, formada por dos grandes pilonos. La entrada al
recinto amurallado constaba de dos muros en talud, delante de los cuales se
colocaban uno o barios obeliscos. A continuación se encontraba el único espacio
público del templo, la sala hípetra, un gran recinto descubierto flanqueado a
cada lado por una hilera de columnas, mas altas en el centro, que formaban una
especie de nave central para mejorar la iluminación interior. Esta sala estaba dividida entre varias naves.
La
última parte del templo era la cella o sancta sanctorum, estancia que albergaba
la imagen del dios. Este recinto tenía una única abertura o puerta, por donde accedían
el faraón o el sacerdote, los únicos que podían entrar en ella.
Los
capitales de las columnas de los templos egipcios podían ser papiriformes,
lotiformes, palmiformes, campaniformes y hathóricos. Encima de los capiteles se
apoyaban los arquitrabes o dinteles de la cubierta.
Columnas de los templos egipcios |
En
el Imperio Nuevo aparece un tipo de templo llamado speos, excavados en las
paredes rocosas y con la fachada esculpida en la roca, cuya finalidad era
exclusivamente funeraria y de recuerdo a un faraón.
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